El Gobierno confía que ganará en Córdoba pese a la victoria de Schiaretti

Publicado el 13/05/2019

En la Casa Rosada estiman que el Presidente tiene 44% de intención de voto.


El Gobierno no se altera pese al aplastante triunfo de Juan Schiarreti en Córdoba, en dónde obtuvo el 53,97% en las urnas este domingo y en donde un Cambiemos dividido en dos ofertas electorales no alcanzó -sumadas- la performance de 2015: Mario Negri, que fue apoyado por la Casa Rosada, se quedó con el 17,78% y Ramón Mestre, el elegido de la UCR, alcanzó apenas un 10,94%.

“Hacemos una autocrítica, el haber ido divididos perjudicó el resultado”, reconoció el secretario general de Presidencia Fernando de Andreis. El funcionario habló en conferencia de prensa tras la reunión de Gabinete de este lunes, acompañado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que también calificó como un error que el jefe de interbloque Cambiemos en Diputados y el intendente de Córdoba “no se pusieran de acuerdo”.

Pese al duro revés que recibió el oficialismo, analizan que la figura de Mauricio Macri sigue encabezando las preferencias de los cordobeses en un territorio que fue clave para la victoria en el ballotage frente a Daniel Scioli hace cuatro años atrás. Estiman que el Presidente tiene 44% de intención de voto, lejos de los números de Cristina Kirchner que rondan un 30%.

Además en Balcarse 50 aseguran que “los votos de Schiaretti no son para Cristina”. “Distinto sería si él fuera candidato, pero nada indicaría que fuera a tomar esa decisión, más bien su aporte sería a favor de fortalecer una opción peronista moderada, sin jugar personalmente”, explicó una fuente.

El amparo que obtuvo Macri en 2015, del 70%, es la madre de todas las discordias. Fue un trofeo que la Casa Rosada no quiso entregar a nadie, mucho menos al PRO cordobés, conducido por Nicolás Massot, presidente del bloque PRO de Diputados y mano derecha del díscolo presidente de esa Cámara, Emilio Monzó.

Algunos sostienen que el Presidente Macri siempre buscó favorecer a su amigo Schiaretti y debilitar al radicalismo, evitando que ganen un distrito clave y exponiéndolos a la humillante derrota de Córdoba Capital, hito de la UCR. Quizás convencidos que se ganaría la provincia como ocurrió en el 2015, basados en la creencia de que la economía cordobesa estaría volando con el campo y la exportación agroindustrial. Algo que no sucedió.

Después de tres años y medio al frente del poder, los estrategas Pro ya se enteraron de que una cosa es la teoría y otra la práctica de la política. Por el momento necesitarán muchas voluntades aunadas en los rincones más inhóspitos de las provincias para alcanzar un triunfo que no pueda ser discutido por los aparatos electorales.