Causa Nisman: Lagomarsino a indagatoria por ser «partícipe» del crimen
Tras dos años y ocho meses de una investigación con curso cambiante que estuvo a cargo de distintos jueces y en el que las pericias arrojaron resultados erráticos, Diego Lagomarsino se presentó este martes ante el juez federal Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano para ser indagado como acusado de participar del “plan criminal” -versión de Gendarmería en la que se apoyan los funcionarios judiciales- que se efectuó en el departamento de Alberto Nisman aquella madrugada del 18 de enero cuando se halló al fiscal muerto en su baño.
El fiscal lo acusó la semana pasada de ser partícipe primario del delito de homicidio por haber llevado al complejo Le Parc el revólver con el que murió el fiscal que investigaba el encubrimiento del Gobierno K sobre el atentado a la AMIA. En un dictamen de 1087 páginas, Taiano consideró que el informático aportó un “arma amiga” para montar una escena de suicidio.
De todos modos, no se lo acusó de ser el autor del crimen ya que no hay pruebas que lo testifiquen, aunque la segunda etapa de la causa será detectar a los autores materiales e intelectuales del hecho. “Va a ser muy difícil”, sostienen los investigadores.
La Fiscalía le realiza una serie de 150 preguntas a Lagomarsino, que abarcan desde cómo comenzó a trabajar con Nisman hasta consultas sobre el allanamiento que se realizó en su casa días atrás. Luego de que pidan su indagatoria, fuerzas de seguridad inspeccionaron su domicilio, secuestraron computadores y se ordenó colocarle una tobillera electrónica para controlar sus movimientos.
No es la primera vez que citan a declarar al especialista en informática. Un día después de conocerse la muerte del fiscal, el imputado fue a indagatoria en carácter de «testigo», en donde aclaró: «Soy empleado de la Fiscalía AMIA y yo le di el arma a Nisman». «Me la pidió para defenderse por temor a que le hagan daño a su familia», agregó en su testimonio ante Daniel González, entonces secretario del juzgado de Instrucción 5.
La historia se dio vuelta y todos los cañones judiciales apuntan a Lagomarsino, cuyo relato todavía no convence y está cada día más acorralado.