El FMI alertó a la Argentina sobre la inflación en la salida de la pandemia: «No tiene ancla»
El organismo mejoró su perspectiva de crecimiento para el país en 2021. Es una mejora de 1,1 puntos contra lo que esperaba en julio pero está por debajo de las estimaciones del Gobierno.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) difundió este martes sus estimaciones actualizadas sobre la economía mundial. En el caso de la Argentina, mejoró sus previsiones: espera que el PBI local suba 7,5% este año. Se trata de la tercera revisión al alza del año e implica un alza de 1,1 puntos porcentuales desde julio último. También incrementó a 2,5% (desde 2,4%) su pronóstico para la economía argentina en 2022.
El cálculo implica que Argentina estará entre las mejores performances de América Latina y el Caribe y superará a varios de los países de la región (para Brasil prevé un repunte de 5,2% y para México de 6,2%). Incluso si se concretan los guarismos, el desempeño local será mayor al de la economía global. No obstante, está por debajo de las estimaciones del gobierno de Alberto Fernández, que prevé un crecimiento de 8% este año y de 4% para el próximo.
El Gobierno busca aliviar el frente externo antes de las elecciones de noviembre. La titular del organismo fue reafirmada en su cargo, tras la investigación que se había abierto por su trabajo al frente del Banco Mundial. El ministro también se encontrará con funcionarios del Tesoro norteamericano.
Las proyecciones para el país, sustentadas en el alza de los precios de las materias primas agrícolas, son parte de las perspectivas económicas mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), publicadas por el FMI este martes, en el marco de sus reuniones de otoño. En el documento, el organismo estima las variables de crecimiento, política fiscal e inflación en cada región y país. Sobre Argentina, aclara que “las variables fiscales y de inflación son excluidos de la publicación para 2021/26, ya que están vinculadas en gran medida a las negociaciones del programa aún pendientes”.
“Las expectativas de inflación están desancladas, en parte por la dependencia del financiamiento monetario en la Argentina”, expuso Gita Gopinath, economista jefa y directora del departamento de Estudios del FMI, en la rueda de prensa que presentó el reporte. La funcionaria manifestó que el organismo sigue “trabajando cerca del Gobierno para llegar a soluciones que generen un crecimiento más sostenible”.
Para el mundo, el Fondo vaticina un crecimiento de 5,9%, 0,1 menos que en la publicación anterior, ante el “momentum débil” que atraviesa para salir de la pandemia y la desigualdad evidenciada en la vacunación entre los distintos países y regiones. Hace hincapié también en la fuerte aceleración de precios que se evidencia en distintos países.
“La recuperación mundial continúa en medio de una creciente incertidumbre y compensaciones políticas más complejas. La recuperación mundial continúa, pero el impulso se ha debilitado, obstaculizado por la pandemia. Impulsado por la variante Delta, altamente transmisible, el número de muertos mundial registrado por Covid-19 ha aumentado a cerca de 5 millones y abundan los riesgos para la salud, lo que impide un regreso completo a la normalidad”, enfatizó Gopinath.
Añadió que “los brotes pandémicos en los eslabones críticos de las cadenas de suministro mundiales han provocado interrupciones del suministro más prolongadas de lo esperado, lo que ha alimentado la inflación en muchos países. En general, los riesgos para las perspectivas económicas han aumentado y las compensaciones políticas se han vuelto más complejas”.
Sobre la situación en América latina y el Caribe, Gopinath sostuvo que “la inflación empezó a subir. Estuvo impactada por la suba en el precio de los commodities, de la energía y de la cadena de suministros. Es importante que cada país calibre su política monetaria a las necesidades locales”.
Al explicar la revisión a la baja marginal del crecimiento mundial de este año y el mantener en 4,9% la perspectiva para 2022, Gopinath planteó que “enmascara grandes rebajas para algunos países. Las perspectivas para el grupo de países en desarrollo de bajos ingresos se han ensombrecido considerablemente debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia”.
En ese orden, remarcó que con el ritmo de vacunación, los países más avanzados recuperarán su trayectoria de crecimiento prepandémica en 2022 y la superarán en 2024 (0,9%), mientras el grupo de emergentes y en desarrollo, sin China, se mantendrán 5,5% por debajo del pronóstico pre pandemia en 2024 “resultando en un retroceso mayor para las mejoras en sus niveles de vida”.
“Estas divergencias son una consecuencia de la “gran brecha de vacunas” y las grandes disparidades en apoyo a las políticas. Si bien más del 60% de la población de las economías avanzadas está vacunados y algunos ahora están recibiendo inyecciones de refuerzo, alrededor del 96% de la población de los países de bajos ingresos sigue sin vacunarse. Además, muchos emergentes y en desarrollo, ante condiciones de financiación más estrictas y una mayor riesgo de desanclaje de las expectativas de inflación, están retirando las políticas fiscales de apoyo (a sus propias economías) con mayor rapidez a pesar de mayores déficits en la producción.