A un mes del estallido social en Chile, acuerdan un plebiscito para cambiar la Constitución
El Congreso negoció fechas y modos para dejar atrás la carta magna firmada durante la dictadura. Buscan ponerle fin a la mayor revuelta en tres décadas, con un presidente en la cuerda floja.
Se cumplió un mes del estallido social que se produjo en Chile y que mantienen en vilo a la región mientras en las calles no cesan las protestas ni la represión policial. La cúpula política intentó con medidas de alivio para intentar pacificar a la población pero no fue suficiente y hasta empeoró el panorama, con una veintena de muertos y miles de heridos y detenidos por los reiterados enfrentamientos, saqueos e incendios por todo el país.
Pese a que los anuncios de Sebastián Piñera no dieron resultados positivos, este viernes en la madrugada el Congreso llegó a un histórico acuerdo para convocar en abril de 2020 un plebiscito para darle forma a una nueva Constitución que sustituya la vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
«Es una respuesta de la política con mayúscula, que piensa en Chile y que también se hace cargo y asume su responsabilidad», dijo el titular del Senado, Jaime Quintana, miembro del opositor Partido por la Democracia (centroizquierda).
Tras intensas negociaciones, los principales partidos de la oposición y la coalición oficialista sellaron un «Acuerdo por la paz y la nueva Constitución», en el que se comprometieron a aprobar un llamado a plebiscito.
En virtud de este acuerdo se impulsará la realización de una consulta en el mes de abril de 2020 que resuelva dos preguntas: si se quiere o no una nueva Constitución y qué tipo de órgano debiera redactar esa nueva Constitución (una «comisión mixta constitucional», una «convención constitucional» o Asamblea constituyente).
Si la iniciativa resulta ser aprobada en esa instancia, la elección de los miembros se realizará en octubre de 2020, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal con voto voluntario. Aunque la ratificación de la nueva Constitución se realizará con voto obligatorio.
«Este acuerdo es un primer paso, pero es un primer paso histórico y fundamental para empezar a construir nuestro nuevo pacto social, y en ello la ciudadanía va a tener un rol protagónico», sostuvo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.
Cabe recordar que la Constitución de Pinochet se situaba en primera línea de las críticas de los chilenos, que pidieron en las calles mayor participación en la toma de decisiones y reformas sociales en sectores claves como la educación, la salud, pensiones y educación. En 2005, tras un gran consenso político, en el que incluso se retiró de la carta fundamental la firma del exdictador, se eliminaron los principios más antidemocráticos, como permitir el despido de jefes militares y se eliminaron los senadores designados y vitalicios.