Tras su renuncia, Evo Morales apunta a la oposición: «Pasarán a la historia como racistas y golpistas»
Máxima tensión en Bolivia: hubo ataques en los domicilios del presidente saliente y saqueos en varias ciudades. Repercusiones de un hecho que convulsiona a una región colmada de conflictos sociales.
A menos de 24 horas de su salida del poder, el expresidente de Bolivia Evo Morales afirma que su renuncia fue impulsada por un golpe de Estado y en esa línea volvió a cargar contra los dirigentes de la oposición, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, a quien llamó «discriminadores y conspiradores». A través de su cuenta de Twitter, consideró que «pasarán a la historia como racistas y golpistas» y les exigió que «asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica».
Mesa y Camacho son dos de los más máximos exponentes opositores que acrecentaron sus protestas tras las polémicas elecciones donde semanas atrás fue reelegido el ahora ex mandatario.
Morales, que fue el presidente con mayor permanencia en la historia de Bolivia, sostuvo que «el mundo y (los) bolivianos patriotas repudian el golpe», en referencia a su abrupta salida del poder. «Muy agradecido con la solidaridad del pueblo, herman@s de Bolivia y el mundo que se comunican con recomendaciones, sugerencias y expresiones de reconocimiento que nos dan aliento, fortaleza y energía. Me emocionaron hasta hacerme llorar. Nunca me abandonaron; nunca los abandonaré», escribió.
Además mostró su repudio los ataques que, denunció, se produjeron en su vivienda en Cochabamba y en la de su hermana Ester Morales Ayma. «Los golpistas que asaltaron mi casa y la de mi hermana, incendiaron domicilios, amenazaron de muerte a ministros y sus hijos y vejaron a una alcaldesa, ahora mienten y tratan de culparnos del caos y la violencia que ellos han provocado. Bolivia y el mundo son testigos del golpe», se descargó.
También se registraron destrozos en la vivienda de Albarracín, rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) que denunció que militantes del Movimiento al Socialismo (el partido que fundó Morales) le prendieron fuego su propiedad.
«Una turba de masistas quemó y destruyó mi casa. Esta acción criminal demuestra el carácter violento y delincuencial del Movimiento al Socialismo. Esto no me acallará, seguiré denunciando las injusticias y la corrupción», escribió el dirigente en cuenta de Twitter y agregó imágenes del domicilio en llamas.
Además de estos ataques hubo disturbios y saqueos en dos de las más importantes ciudades de Bolivia, La Paz y El Alto, como los incendios a una flota de colectivos municipales. Desde la comuna de la capital boliviana advirtieron que decenas de manifestantes entraron a los predios donde estaban los micros y quemaron 15 unidades.
Tal como lo anticipó durante el anuncio del domingo, no tiene pensado abandonar el país. Morales presentó su renuncia en medio de la crisis política que pasa el país horas después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) revelara el informe preliminar sobre las fuertes irregularidades en las elecciones del 20 de octubre y pidiera repetir el proceso.
Inicialmente acató el dictamen, anunció la disolución del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la convocatoria de nuevas elecciones. Sin embargo muchas voces exigieron su dimisión, tanto de la oposición como del Ejército y la Policía. Un panorama que se veía irreversible.
La Constitución establece que la sucesión recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de la Cámara de Diputados. Pero todos ellos también renunciaron, proclamandose así un «vacío de poder».
Será la bicameral Asamblea Legislativa de Bolivia la que deberá resolver la acefalía. La vicepresidenta segunda del Senado Jeanine Añez se mostró predispuesta a asumir la presidencia de manera temporal. «Me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones, pacificar al país y volver a la normalidad«, indicó la legisladora.