Sarlo dijo que la esposa de Kicillof le ofreció vacunarse contra el Covid-19

Publicado el 10/03/2021

Ante la jueza Capuchetti y el fiscal Taiano, explicó que Soledad Quereilhac le hizo llegar el mensaje por medio de su editor Carlos Díaz. Aclaró que fue en el marco de una campaña para legitimar la vacuna a través de figuras públicas. El Gobernador afirmó que «es mentira».


La escritora Beatriz Sarlo declaró hoy ante la Justicia que el ofrecimiento para que se aplicara la vacuna contra el Covid-19 fue hecha por Soledad Quereilhac, la esposa del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

«El ofrecimiento fue a fines de enero por intermedio de mi editor de Siglo XXI, Carlos Díaz. Por lo que yo entendí, desde provincia de Buenos Aires estaban vacunando para lograr fotos que persuadieran a la gente», comenzó relatando Sarlo.

«En ese momento todavía había cierta duda de la efectividad de la vacuna», agregó ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano.

Según detalló Sarlo, el ofrecimiento fue «desde provincia de Buenos Aires, a través de la esposa del gobernador de Buenos Aires, Soledad Quereilhac», quien había sido alumna suya en tiempos pretéritos.

«(El editor) Díaz me dijo que la idea era legitimar la vacuna a través de figuras públicas. Yo soy de Capital, no estaba anotada en el registro. Como Soledad fue alumna mía, ella se puso en contacto con mi editor», apuntó.

«Yo no tendría problemas en ponerme la vacuna, pero no quería que la vacuna se transforme en un toma y daca, por vacunar a una persona conocida. Estaba esperando que me tocara, de acuerdo a mi edad y mi lugar de residencia», apuntó.

«Nunca me dijeron el lugar donde me iba a vacunar», contestó ante consultas de la jueza y el fiscal además de aclarar que no sabía si provenían del Hospital Posadas.

Sarlo se presentó hoy a declarar como testigo ante la justicia federal en el marco de la investigación por el escándalo del vacunatorio VIP del Hospital Posadas.

La presentación fue ante la jueza federal María Eugenia Capucchetti, quien la citó luego que la escritora dijera ante los medios que le ofrecieron acceder a la vacuna contra el coronavirus teniendo un orden privilegiado.

En la causa están imputados el exministro de Salud Salud Ginés González García y su sobrino, su exjefe de gabinete Lisandro Bonelli.

En la causa se investigan delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Kicillof: «Es mentira y un ataque absolutamente canalla»

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, afirmó hoy que es «mentira y un ataque absolutamente canalla» decir que el ofrecimiento de la vacuna a Beatriz Sarlo en el marco de una campaña de concientización fue algo irregular.

«Es mentira y un ataque absolutamente canalla contra mi esposa y mi familia», resaltó Kicillof.

El gobernador aseguró que luego de la denuncia de la ex diputada nacional Elisa Carrió del 22 de diciembre por envenenamiento pensó en hacer una campaña con 100 personajes influyentes para alentar a la ciudadanía a vacunarse.

«Más pública, más arriba de la mesa no se me ocurre porque la idea era que se vacunaran y se sacaron una foto para terminar con ese tremendo trabajo que se estaba haciendo para desprestigiar la vacuna», enfatizó en declaraciones al canal TN.

Kicillof explicó que el ofrecimiento a Sarlo tuvo que ver con una idea que tuvieron en la Provincia de invitarla para alentar a la población a darse la vacuna, y sobre ello insistió: «Qué campaña por debajo de la mesa puede haber si manda un mail su editor».

El gobernador se mostró molesto por las acusaciones de «vacunación VIP» y recalcó que Soledad Quereilhac «no habla con Beatriz Sarlo hace 20 años», cuando fue su profesora.

«No es amiga nuestra», destacó sobre la escritora, y sostuvo que el plan original que luego no se efectuó fue destinar 100 vacunas a esa campaña «en el contexto en que iban a venir 5 millones».

Sobre lo dicho por Sarlo ante la Justicia Federal, Kicillof expresó: «Tiene todo el derecho del mundo si no quiere, pero si algo no pasó es que alguien le ofreció por abajo de la mesa y menos mi mujer, que ni habló con ella».