Madres de Plaza de Mayo indignadas por el 2×1
¿A qué se debe la furia de Estela de Carlotto contra el Gobierno y el fallo de la Corte Suprema? Todo conduce al aval que recibió la ley 24.390 «conocida como 2×1» que hasta hoy estuvo derogada. La misma estuvo vigente entre los años 1994 y 2001 y permitía reducir el cómputo de la cárcel, ya que se trataba de la ley más benigna.
Pasando en blanco, transcurrido el plazo de dos años previsto en la ley se debía computar doble cada día de prisión preventiva. El beneficio era para las personas detenidas sin sentencia firme, con el objetivo de buscar una solución a los interminables procesos judiciales.
En este marco, por mayoría de votos el máximo tribunal de Justicia avaló esa norma en condenas por delitos de lesa humanidad. Los ministros Highton, Rosenkrantz y Rosatti votaron por la afirmativa, mientras que en contra votaron nada más ni nada menos que el titular de la Corte, Lorenzetti y su colega Maqueda.
Minutos después del fallo, llegaron los reproches desde Madres de Plaza de Mayo alzados en la voz de una de sus líderes sociales, Estela De Carlotto. ”Esto es abominable. No acabo de reponerme de lo que dijo la Iglesia sobre las desapariciones de la Dictadura, cuando ahora me entero de este dos por uno aprobado por la Corte», sostuvo enfurecida la dirigente.
Como suele ocurrir en sus declaraciones, poco tardó en pegarle al Gobierno actual y aseveró: “Esto no sirve para nosotros. Es una estafa a la moral de la sociedad. En esta administración no sólo nos están destruyendo en la economía, sino también en la moral y la física. Y agregó: Presentaremos una queja a organismos internacionales para que el máximo tribunal revierta lo pactado».
El comunicado de Madres de Plaza de Mayo:
Rechazamos la idea de “reconciliación” con los genocidas que impulsa la Conferencia Episcopal Argentina Abuelas de Plaza de Mayo manifiesta su profunda preocupación por la idea de “reconciliación” entre víctimas y victimarios del terrorismo de Estado que está impulsando la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), encabezada por su residente, Monseñor José María Arancedo. La CEA anunció que en su asamblea plenaria recibirá a familiares de desaparecidos y de represores para iniciar “un itinerario de trabajo sobre el tema de la reconciliación en el marco de la cultura del encuentro”.
Ante esta información, decimos nuevamente: no hay diálogo posible con quienes secuestraron, torturaron y desaparecieron a nuestros hijos e hijas; con quienes niegan información sobre su destino final; con quienes saben dónde están los más de 300 nietos y nietas que aún son esclavos de la mentira y, a 40 años de su apropiación, continúan viviendo bajo una identidad falsa.
Una parte de la Iglesia fue cómplice de las desapariciones; con doble moral avaló las torturas y omitió información para el encuentro de nuestros hijos. A través del Movimiento Familiar Cristiano se blanquearon como “adopciones” lo que en realidad fueron apropiaciones de, al menos, dos de nuestras nietas.
Por otra parte, en abril de 2015, luego de la visita de Estela de Carlotto al Vaticano, el Papa Francisco ordenó la apertura de los archivos secretos de la Iglesia Católica: unas 3000 cartas y documentos que se conservan en el Episcopado, en la Nunciatura Apostólica y en la Santa Sede, con pedidos que llegaron a la Iglesia para conocer el paradero de detenidos y desaparecidos y reclamar gestiones ante las autoridades.
Pese a que trascendió que durante esta Asamblea de la CEA se dará a conocer el protocolo para acceder a estos documentos, la información indica que solo podrán solicitarlos las víctimas y familiares o los jueces y fiscales que los requieran durante la instrucción de las causas por delitos de lesa humanidad. En este sentido, esperamos que se revea esta decisión que restringe el acceso a documentos que desde hace 40 años venimos reclamando.
Finalmente, ante la propuesta de “reconciliación” las Abuelas de Plaza de Mayo reafirmamos que seguiremos luchando hasta que el último de los responsables sea juzgado y condenado, hasta que aparezcan los restos de todos nuestros hijos e hijas desaparecidos, hasta que el último nieto apropiado recupere su verdadera identidad. Porque no hay amor en la mentira; no hay reconciliación sin arrepentimiento; no hay perdón sin justicia.
Por eso, volvemos a llamar a todos los feligreses a romper el silencio, a no ser cómplices de la apropiación y a acercar información que nos permita encontrar a nuestros nietos y nietas robados hace ya 40 años.