Una escuela ganó un importante premio por un proyecto que mejora el acceso al agua caliente
Con el objetivo de facilitar la posibilidad de recurrir al agua caliente, una institución de Barracas presentó un modelo construido con materiales reutilizados. Fue construido por 47 alumnos del cuarto año del Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo.
Una escuela del barrio porteño de Barracas ganó 2 millones de pesos para desarrollar un proyecto que permitirá a familias carenciadas de la zona obtener agua caliente de forma sustentable a través de la construcción de un colector solar con materiales reutilizados, como botellas de plásticos PET, latas de aluminio y envases de tetrabrik.
El proyecto “Rayos de Dignidad”, del Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Barracas, resultó ganador nacional de la segunda edición del Premio Fundaciones Grupo Petersen a la Innovación Educativa “Reimaginando la Escuela”, al obtener el primer puesto entre los trabajos presentados por casi un centenar de escuelas secundarias.
La iniciativa ganadora fue impulsada por 47 alumnas de cuarto año y logró involucrar a toda la comunidad educativa en el marco de un esfuerzo compartido, cooperativo y solidario que buscó responder a una problemática de la comunidad, como es la falta de agua caliente en parte de la población escolar. Las alumnas detectaron un problema que veían en el lugar que habitaban y llevaron el conocimiento fuera del aula brindando una solución para resolver el problema de todas las casas que lo pudieran necesitar, demostrando el impacto social en toda la comunidad educativa.
“El proyecto puso en evidencia que un 10% de las alumnas de nivel secundario del colegio no poseen agua caliente en su casa y se bañaban calentando agua en un jarrito utilizando el gas de garrafa o utilizando una resistencia eléctrica, lo que eventualmente causa cortes de luz en el barrio, peligro de electrocución o principio de incendio”, explicó Alejandra Fernández Pedemonte, directora del establecimiento.
Fabiana Fraga, la docente líder del proyecto, detalló que junto con las alumnas de cuarto año “nos propusimos no solo la construcción de un colector solar para dar respuesta a la problemática planteada, sino también mostrar a las familias que es posible obtener agua caliente de una manera sustentable reutilizando materiales que de otra forma terminarían en la basura de la quema informal o el destino final de un relleno sanitario”. El trabajo desarrollado – señala- “demostró que es posible obtener agua caliente de manera sostenible y respetuosa del ambiente y reducir el consumo de energía proveniente de combustibles fósiles utilizando una energía renovable -como es la solar- como alternativa al gas o la electricidad, concientizando sobre la separación de la basura y colaborando con la sustentabilidad del barrio”.
Ambas docentes destacaron que se logró trabajar en el proyecto de manera interdisciplinaria y colaborativa y que las alumnas participantes “mejoraron su actitud en general en todas las áreas, trabajaron en equipo y se unieron más como grupo”, al tiempo que valoraron la experiencia curricular generada a partir de la tarea conjunta de áreas que nunca habían compartido proyectos.
En esta línea, el Premio Fundaciones Grupo Petersen, que este año distribuyó $ 6 millones entre cinco proyectos educativos, es un programa impulsado por el presidente de la organización, Enrique Eskenazi, para «acompañar, capacitar y premiar la implementación de proyectos educativos transformadores y brindar a las instituciones la posibilidad de repensar y reimaginar la escuela en el camino de la innovación, la transformación y el aprendizaje significativo».