¿Qué prioridades tiene la justicia?
Published On 10/04/2017
La primera marcha pidiendo que dejan de matar, violar, maltratar a las mujeres se llevó a cabo el 3 de junio de 2015 bajo el lema «Ni una menos». Los femicidios no se detuvieron, las marchas tampoco. Se intensificaron, extendiéndose no sólo en todo el país sino también en el resto del mundo. El pedido de justicia no cesa. Y ahí es cuando cabe preguntarse, ¿ y la justicia qué hace? ¿dónde está?
El presunto asesino de Micaela, Sebastián Wagner, fue liberado por un juez (Carlos Rossi) que no tuvo en cuenta los informes negativos del servicio penitenciario que pesaban sobre el violador, ni de los fiscales y le redujo la pena, lo liberó. ¿Por qué? no lo sabemos. ¿Si va a renunciar? Eso significaría retener una jubilación de privilegio. La destitución parece ser su destino más próximo y más justo, de esa forma pierde cualquier beneficio posible. Este juez claro está que cometió un error gravísimo, imperdonable, pero Wagner tarde o temprano iba a recuperar su libertad como consecuencia de la liviandad de las leyes en Argentina.
La misma liviandad con la que algunos políticos se «toman» algunos temas que deberían ser prioridad pero no lo son, al menos en la práctica. El discurso es otra cosa.
El 3 de julio de 2013, es decir dos años antes de que las mujeres gritaran por primera vez «Ni una menos», por ley se dispuso la creación del Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual. Hacia poco menos de un mes del asesinato de Angeles Rawson.
Por primera vez en Argentina se podía contar con un banco genético de violadores que cumplen condena firme por este delito. Además también quedan registrados sus datos tales como nombres, apellidos, domicilio, DNI y nacionalidad.
Pasaron 4 años, la ley existe, está vigente pero el registro no se creó. No hay respuesta. Nadie las tiene. Este portal se comunicó con voceros del Ministerio de Justicia de la Nación para consultar cuánto más hay que esperar. La respuesta es que están trabajando en ello. Ya no queda tiempo para promesas, la justicia es hoy.