Ante la falta de apoyo, el Gobierno enfría la reforma laboral
El poder Ejecutivo decidió postergar el tratamiento de la reforma laboral que en teoría debería comenzar en febrero. Ante la falta de consenso, el presidente Mauricio Macri decidió postergarlo hasta marzo para entablar nuevas reuniones y lograr cambiar la opinión de algunos sectores. Además, desde el oficialismo no ven con malos ojos estirar un poco la cuerda para evitar situaciones de violencia como las que vivió el Congreso en diciembre durante la votación de la reforma previsional en Diputados.
De esta manera, el plan dispone que los funcionarios lleven las negociaciones sin forzar los tiempos ni dar un paso en falso que podría dañar aún más al paquete de leyes que impulsó Cambiemos desde que triunfó en las elecciones legislativas de octubre pasado.
En Casa Rosada argumentan que debería haber un nivel de apoyo explícito de los sindicatos mayor al que existe actualmente. Según fuentes consultadas por este medio, el jefe del bloque peronista en el Senado, Miguel Pichetto, había exigido que los referentes de los gremios defendieran el proyecto en el recinto luego de que Pablo Moyano remitiera a la «Banelco» para cuestionar la iniciativa.
«No es un proyecto nuestro, ni un planteo del movimiento obrero, sino un proyecto exclusivo del Poder Ejecutivo. Si el Gobierno quiere traccionarlo, que lo traccione el Gobierno», aseguró Héctor Daer, uno de los conductores de la CGT.