La historia oscura del sanatorio de Moyano, por el cual recibió grandes elogios de Fernández

Published On 02/04/2020

El presidente recorrió el centro médico que Camioneros le otorgó al Estado para recibir pacientes con coronavirus. «Es un dirigente ejemplar y muchos deberían imitarlo», lanzó.

En medio de la pandemia del coronavirus y un sistema sanitario que está expectante de mantener controlada la curva de infectados, Alberto Fernández recorrió este miércoles junto a Hugo Moyano las instalaciones de un sanatorio que el sindicato de Camioneros puso a disposición del Estado para atender a personas enfermas con Covid-19, postura que tomaron otros gremios.

Sin embargo el presidente le dedicó un especial agradecimiento al dirigente que sorprendió a más de uno. Apenas tomó la palabra en el inicio del acto, aseguró que es un «dirigente ejemplar» y le pidió a los empresarios que lo «imiten».

“En este lugar nací yo”, reveló Fernández en una conferencia desde el Sanatorio Antártida y le agradeció al gremialista con polémicos halagos. “Hugo me dijo hace poco que quería que este lugar estuviera acondicionado para personas con el virus. Los empresarios no quieren a Moyano porque cuida a los suyos, desde los que transportan basura hasta los que llevan millones en los camiones de caudales, por eso es un dirigente sindicalista ejemplar”.

Más allá de los halagos y la «predisposición» de Moyano en contribuir a la emergencia que atraviesa el país, no pareciera muy transparente este establecimiento. El Sanatorio Antártida esconde una oscura historia desde la operación de compra y venta ejecutada por la Obra Social del gremio y hasta la refacción edilicia. Ambas acciones son objeto de una investigación por lavado de activos en la justicia federal y a pesar de los expedientes, las 300 camas del complejo están a disposición de los pacientes.

Vale recordar que el sanatorio, cuyo administrador anterior quebró en 2005, fue adquirido por el gremio que conduce Moyano supuestamente para dar servicios a los Camioneros. Luego de refacciones, en 2009 se realizó la primera reinauguración pero nunca llegó a funcionar. En 2017 hubo un segundo corte de cinta con el mismo resultado final: el lugar no funcionó. Y en 2018, bajo la gestión de Mauricio Macri, se festejó el tercer acto inaugural, aunque otra vez las puertas quedaron cerradas.

A pura simulación, el sanatorio nunca dio servicios a los afiliados a pesar de tener el equipamiento necesario y ahora es utilizado por el presidente para elogiar en público a un hombre que además es símbolo de una extorsión sindical y con numerosas causas judiciales en su contra.