Sigue la negociación y el 22 de mayo se sabrá si Argentina cae en default o no

Publicado el 11/05/2020

Fue bajísima la adhesión de los acreedores a la propuesta de reestructuración de la deuda que presentó Martín Guzmán.

En momentos de pura incertidumbre por la negociación de la deuda, el Gobierno nacional extendió hasta el 22 de mayo la oferta para reestructurar el pago de los US$ 68.000 millones que había vencido el viernes pasado, la cual incluye un período de gracia de tres años sin pagar y una fuerte quita.

Aunque no se comunicó el resultado de la adhesión que tuvo la propuesta, desde el Ejecutivo afirmaron que fue del 12,7% según informó el periodista Marcelo Bonelli.

Allegados de Martín Guzmán manifestaron que era posible escuchar contrapropuestas de los acreedores, siempre que cumplieran los estándares de “sostenibilidad”. En el mercado creen que el ministro ya sabía de la baja adhesión y por eso avaló una salida negociadora.

Entre los grupos de acreedores que aceptaron son inversores individuales de Argentina, lo que quiere decir que prácticamente fue nulo el apoyo desde Wall Street. Ahora el funcionario espera una contrapropuesta de los bonistas y en las últimas horas ya hubo contactos con los fondos más importantes que le dieron la espalda, entre ellos BlackRock, Templenton y Fidelity.

De todas maneras, estos rechazan esa opción y exigen que sea el gobierno argentino el que haga una oferta nueva. Alberto Fernández ratificó este fin de semana su confianza en Guzmán y lo volvió a nombrar como único interlocutor en la negociación.

«Esta extensión se considera necesaria, en el marco de las negociaciones de buena fe que ha llevado adelante la República Argentina con sus acreedores, para restablecer la sostenibilidad de la deuda pública bajo legislación extranjera“, sostiene un comunicado de la cartera económica.

Al no haber cumplido con el pago de intereses de la deuda previsto para el 22 de abril, Argentina tiene un período de gracia de 30 días: si el 22 de mayo no abona, o no se alcanza un acuerdo con los acreedores, cualquiera de estos puede ir a los tribunales extranjeros y pedir el default.