Lacalle Pou se diferenció de Argentina: «No se puede meter preso al que trata de ganarse el peso»

Publicado el 15/07/2020

El presidente de Uruguay defendió la política que lleva adelante en su país para combatir la pandemia del coronavirus, y aseguró que no implementó una cuarentena obligatoria porque «no estaba dispuesto a ir rumbo a un estado policíaco».

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, defendió la política que lleva adelante en su país para combatir la pandemia del coronavirus y aseguró que no implementó una cuarentena obligatoria porque «no estaba dispuesto a ir rumbo a un estado policíaco». El mandatario también habló sobre su relación con Alberto Fernández y el futuro del Mercosur.

Si bien aclaró que «el resultado todavía es parcial» ya que «en otras partes del mundo se baja la guardia y la cosa se dispara», explicó que «el uruguayo tiene una vocación genética en la libertad». «Yo no estaba dispuesto a obligar a los uruguayos a confinarse, ir rumbo a un estado policíaco. Les pregunté (a la oposición) si alguno estaba dispuesto a ir conmigo a subir a un móvil policial, y empezar en una feria a meter gente adentro, gente que está tratando de hacer un peso. No se puede meter preso al que trata de ganarse el peso».

«¿No somos capaces en Uruguay de apelar al cuidado personal, individual y colectivo? El uruguayo dio una gran demostración. Del viernes 13 de marzo al lunes 13 de abril, bajó la cortina. Los operadores turísticos hicieron una aviso en la televisión pidiendo que la gente no haga turismo. Ese mes evitó los contagios masivos», expresó en diálogo con el periodista Alfredo Leuco en su programa de Todo Noticias.

En esa línea, siguió: «La gente se autoconfinó, pero no todos. Los contagiados, los que estuvieron en contacto y los familiares. Luego empezamos a reabrir la construcción, se hicieron test aleatorios y no hubo contagiados, se abrieron las escuelas rurales y no hubo dificultad. En junio volvieron a clases todos los alumnos, de manera voluntaria porque no es obligatorio».

«Hay un pacto ciudadano de libertad responsable, de que mis actitudes me beneficien a mí y al común denominador. Hemos ido bastante para adelante y muy poco para atrás», señaló.

Asimismo, comentó: «Tenemos un accionar transparente del Gobierno. No hemos tenido hechos de corrupción. Veníamos con una situación económica compleja. Teníamos un concepto muy contundente de austeridad, pero cuando se generó esto no hay austeridad posible, vamos a gastar todo lo que los uruguayos necesiten. Generamos un fondo para el coronavirus para que se sepa en qué y cuánto se gastó. Votamos en el Parlamento una ley que establecía que el salario de los funcionarios y legisladores iban a contribuir con el fondo para el coronavirus».

En cuanto a las flexibilizaciones que dio Uruguay para los extranjeros inviertan en el país, manifestó: «El objetivo fue que Uruguay siempre fue una tierra para quien quisiera venir a desarrollarse, a crecer, criar a su familia, emprender, hacer dinero, crear trabajo, es bienvenido».
«Uruguay tiene vocación de crecer, de atraer gente. No queremos simplemente que vengan a invertir, queremos que se vengan a vivir. Esto no está diseñado para la Argentina, está diseñado para el mundo. Esto no es contra nadie», argumentó.

Sobre su relación con su par argentino, Alberto Fernández, dijo: «Hace muchos años, seis o siete, en España, Madrid, coincidimos con Alberto Fernández y salimos a comer de noche. Ahí generamos el primer vínculo. Hablamos algunas veces, nuestro canciller tiene relación cercana con el presidente. En su asunción fue la primer formalidad y después hemos hablado algunas veces por teléfono».

«Somos gente de unión, de encontrar coincidencias. Abandonamos el juego de encontrar las 7 diferencias por el de encontrar las 7 coincidencias. Ahora tengo la responsabilidad de buscar coincidencias. Nosotros somos inquilinos de esta oficina por 5 años, y yo debo de estar tratando de representar las relaciones de nuestro país con el pueblo argentino. Tenemos que ser responsables de una tradición histórica de hermandad», afirmó.

En cuanto al futuro del Mercosur, el presidente pro témpore de la alianza manifestó: «Si basamos nuestras relaciones en base a la ideología, seguramente tengamos conflictos y no estemos representando a todo el país. Si cada vez que hay un cambio de gobierno, las relaciones tienen algún tipo de distorsión estamos complicando a nuestros pueblos».

«El 1 de marzo (cuando asumió) hablé de dejar de lado el factor ideológico en las relaciones del Mercosur, estaríamos cometiendo un gravísimo error, iríamos de frente a chocar con los obstáculos. Sabemos que el mundo va a necesitar y consumir lo que el Mercosur produce, es una gran oportunidad, aprovechemos para avanzar juntos», dijo.

Asimismo, añadió: «Como el Mercosur se maneja por consenso, y eso aparentemente puede generar una lentitud, pongámonos antes de acuerdo, y para eso no juguemos las cartas contra el pecho, mostremos las cartas. Uruguay muestra sus cartas. Uruguay dice Mercosur sí, que tiene que perfeccionar la unión aduanera y la zona de libre comercio, el Mercosur social, y sobre todo en la frontera que para nosotros es tan importante. El Mercosur como bloque en el mundo, que negocie con todos, queremos estar bien cerca de China y Estados Unidos en lo comercial y no en lo político».

«Quiero que el Mercosur termine el proceso de negociación con la Unión Europea, no hay cosa peor que dejar a mitad de camino la negociación. Y no empezar la que no estamos dispuestos a terminar. Preguntaba si estamos dispuestos o no a avanzar con Corea del Sur, Uruguay está dispuesto, ¿pero Brasil, Argentina, Paraguay están de acuerdo? Tenemos el tema de China, que ha insistido una y otra vez en profundizar el diálogo con el Mercosur, nosotros tenemos que contestarle», manifestó.

«Cuando tuve la oportunidad de hablar con el secretario Pompeo, le dije ponemos o no sobre la mesa una posibilidad de tratado de libre comercio. Esas cosas tienen que quedar claras, porque sino el gobierno le transmite una cosa a la población que le genera efectos, porque en el mundo moderno, los propios discursos de los gobernantes generan efectos, no hay que esperar a los actos jurídicos. Cuidemos nuestras palabras, avancemos sobre lo que estamos dispuesto a avanzar, no generemos falsas expectativas», concluyó.