Crimen de Fernando: el duro relato del jefe de seguridad
Alejandro Muñoz, jefe de seguridad del boliche Le Brique en 2020, se quebró en su testimonio durante la tercera audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa.
El jefe de seguridad del boliche Le Brique durante 2020, Alejandro Muñoz, fue unos de los que prestó testimonio en la tercera audiencia del juicio a los ocho rugbiers por el crimen de Fernando ocurrido en Villa Gesell.
“Cuando llegué la pelea ya había terminado. Me lo señalan a Thomsen, trato de sujetarlo solo y me hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda a uno de mis compañeros para sacarlo. A Fernando, en cambio, lo sacaron tranquilo, no tenía camisa”, comentó Muñoz además explicó que reconoció a ese rugbier ya que “lo tuvimos que sacar entre dos porque estaba muy agresivo. Thomsen era el más alterado”.
El jefe de seguridad también relató lo que vio afuera del boliche: “Unos cubrían a los amigos y otros le pegaban. Uno que estaba con camisa blanca con rodete (por las fotos se supone es Matías Benicelli) le pegó y Fernando no se levantó nunca más. La daban patadas constantemente. El que más le pegaba fue el chico que saqué yo: Thomsen. Me concentré en él porque, mirá que yo soy grande, pero no lo pude contener”. Por último, se quebró y dijo: “Hace veinte años que trabajo de esto y jamás vi tanta saña. Todo patada, patada, patada”.
Además de Muñoz, declararon dos de los amigos de Fernando y uno de ellos apuntó contra Maximo Thomsen. “Yo vi cómo Máximo Thomsen, a quien reconocí en la rueda, le pegaba una patada a Fernando con odio, con brutalidad, con intención de matarlo”, dijo Luciano Bonamaison y contó que cuando quiso ayudar a su amigo no lo dejaban ni siquiera acercarse; “Negro de mierda, vamos a matarlo”, fue lo que escuchó el joven que dijeron los acusados mientras le pegaban a Fernando.
Por último, Juan Manuel Pereyra Rozas, otro amigo de Báez Sosa, contó que él recibió golpes dentro del boliche e identificó a Luciano Pertossi como el que se los propinó y afirmó respecto al que tuvo miedo de esta ya que lo vio “como enojado”. Pereyra Rozas también sufrió lesiones en su cara y oreja.