La Argentina rechazó un informe de la ONU sobre la represión ilegal en Venezuela
El Gobierno nacional consideró que el país gobernado por Nicolás Maduro «sufrió un fuerte asedio de intervencionismo» y se quejó de que «hay una apreciación sesgada» de lo que son ese tipo de delitos.
El Gobierno rechazó el informe de la ONU sobre la violación de derechos humanos en Venezuela y consideró que el país gobernado por Nicolás Maduro «sufrió un fuerte asedio de intervencionismo», al tiempo que se quejó de que «hay una apreciación sesgada» de lo que son ese tipo de delitos.
«Venezuela sufrió un fuerte asedio de intervencionismo por lo que hay una apreciación sesgada de lo que son las violaciones a los derechos humanos en determinados países», sostuvo el representante argentino ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Raimundi.
Durante su discurso, el diplomático también subrayó que la Argentina «no hace una lectura ideológica de los derechos humanos».
«Nos centramos en la persona que sufre. No son los derechos humanos para mi país un instrumento para tomar una posición ideológica», señaló.
Aunque reconoció que el país caribeño vive «una situación crítica» que obligó a que un «alto número de personas abandonaran el país», el ex diputado nacional remarcó: «No compartimos cierta perspectiva de cuáles son las causas que los llevaron a esa situación y cuáles son los caminos para resolverla».
En ese sentido, Raimundi afirmó que «Venezuela sufrió un fuerte asedio de intervencionismo: hubo amenazas de intervención, operativos y cortes de energía a las centrales que generaron serias cuestiones de violación a los derechos humanos».
De esta manera, el Gobierno rechazó el informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en la ONU, la chilena Michelle Bachelet, sobre la situación en Venezuela en lo que hace a la represión por parte de las Fuerzas de Seguridad.
«Me preocupan los altos números de muertes de jóvenes en barrios marginados como resultado de operativos de seguridad.
Basado en un análisis de fuentes abiertas, mi oficina registró 711 muertes de junio a agosto, llegando a más de 2000 muertes desde enero de 2020», había manifestado la ex presidenta de Chile.